Donnie es el perfecto chico americano, dotado de gran inteligencia e imaginación. Tras escapar milagrosamente de una muerte casi segura, comienza a experimentar alucinaciones que le llevarán a actuar como no lo había hecho jamás, y a descubrir un mundo insólito a su alrededor. Interesante cinta fantástica con toques de drama psicológico, premiada en numerosos festivales y que obtuvo el respaldo de la crítica.
Siempre resulta negativo valorar positivamente una película basándose únicamente es su singularidad conceptual sin importar que la misma presente una cohesión global en su propuesta, hecho que tiene que poseer un aceptable trabajo artístico. Afortunadamente en el caso de esta cinta, todas las tramas generadas de la misma y la particularidad de la historia logran conectarse claramente con el espectador, convirtiéndolos en espectadores e interpretes subjetivos de un guion cuyo desarrollo se expone de una manera muy particular.
El filme está perfectamente realizado, y el escritor – director debutante en largometrajes (por aquel entonces) Richard Kelly construyó un excéntrico viaje que deambula entre la fantasía, el humor negro y personajes singulares, todo esto enmarcado en un ambiente cuasi anestésico.
Como toda propuesta que desprenda tanta singularidad puede ser que el público no se conecte con la historia, pero de lograr hacerlo disfrutarán de un filme inteligente y divertido.