El cadáver de la novia: Tim Burton y sus mundos

Adaptación cinematográfica de una antigua leyenda rusa. Un hombre pone en el dedo de una mujer muerta, como broma, un anillo de compromiso. Pero lo que no sabe el pobre mortal es que la muerta reclamará sus derechos como “prometida”.

Retomando la estimable técnica del Stop-Motion que tan buenos resultados le diera en la estupenda “Pesadilla Antes de Navidad”, Tim Burton (junto a Mike Johnson) nos regala una estupenda aventura animada (no exenta de algunos huecos de guión) con claras reminiscencias a la necrofilia, los cuentos de Edgar Allan Poe y los Hermanos Grimm e incluso a Vértigo de Alfred Hithcock, siempre con una cualidad y característica normalmente presente en los filmes de Tim Burton: Mostrar historias tristes y humanas enmarcadas en ambientes fantasmagóricos, siniestros y góticos.

La presencia de algún número musical innecesario y los ya citados huecos en el guión (que tampoco son tantos), son las únicas taras de meritorio filme animado, ubicado por encima de la media del género en aquel momento que, sin ser desdeñable en su mayoría, ofrecía personajes estereotipados y simples chistes situacionales (Shrek 2, Ice Age, etc.).