El Resplandor: No pienso lo mismo que Stephen King

El Resplandor: No pienso lo mismo que Stephen King

Jack Torrance se traslada, junto a su mujer y a su hijo, al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento de este durante la temporada invernal, en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Su idea es escribir su novela al tiempo que cuida de las instalaciones durante esos largos y soliarios meses de invierno, pero desde su llegada al hotel, Jack comienza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, al mismo tiempo que en el lugar comienzan a suceder diversos fenómenos paranormales.

Stephen King es uno de los autores mas prolíficos y vendidos del mundo, así mismo es posiblemente el escritor actual que mayor número de adaptaciones cinematográficas y televisivas tiene. Sin embargo y a pesar de la gran cantidad de adaptaciones que ha tenido el celebérrimo escritor estadounidense son realmente pocas las adaptaciones cinematográficas de este autor que pueden catalogarse como de gran calidad, me permito nombrar entre las que considero dentro de ese grupo a The Shawshank Redemption, The Green Mile, Carrie, Dolores Claiborne y la que nos acomete en este caso “The Shinning” o El Resplandor, a pesar que el mismo King jamás ha estado satisfecho con el resultado de este filme ya que el director (nada menos que el legendario Stanley Kubrick) decidió omitir en la película gran parte de los relatos del libro que el consideraba no aportaban gran cosa a la historia, esto propició que muchos  años después el mismo King se encargara de la producción de una película para la TV mas fiel al libro original.

Independientemente de que a King no la agradó mucho esta adaptación, Kubrick realiza un interesantísimo trabajo sobre la esquizofrenia y la disolución familiar, todo enmarcado en un ambiente de película de suspenso – horror bastante elegante. La cinta posee algunos momentos realmente inquietantes, extraños y atrapantes, todo gracias al gran poder que tiene el director neoyorquino de plasmar y regalarle al público imágenes poderosas, mezclando estupendos planos fijos con innovadores movimientos de cámara (la escena del niño montado en el triciclo o la persecución en el laberinto), además de cumplir con creces la siempre difícil premisa donde prevalece lo sugerido por encima de lo mostrado.

Otra de las cosas que mas tiene mérito dentro de este filme es que el director se aleja de los tópicos del género y por citar un ejemplo, prácticamente se omite el uso de la oscuridad durante todo el metraje,  además de la ausencia total de sustos gratuitos o esquematismos dentro del guión, algo de lo que tienen que aprender algunos de los creadores de horror moderno, que no cesan de mostrar falsos sustos en medio de escenas oscuras con una música ensordecedora de fondo que en vez de asustar, aturde.

Las actuaciones me han parecido por encima del promedio, con un Jack Nicholson estupendo para algunos y sobreactuado para otros, en cambio Shelley Duball (la cual tuvo que someterse a terapia luego de finalizada la filmación) no me parece tan convincente en su interpretación. En definitiva, estamos ante una película de horror poco habitual, pausada e irónica que es venerada por muchos y repudiada por otros, pero que indiferentemente de la opinión que se tenga sobre ella, difícilmente pasa inadvertida.